La cala del Moraig es una cala situada en la costa de Benitatxell. Se trata de un enclave de gran interés geológico por la falla del Moraig, la Cova dels Arcs y el espectacular paisaje de los acantilados de la Marina Alta formados por rocas del Cretácico.
La ruta comienza en el aparcamiento que hay justo antes de la bajada a la cala del Moraig. No suele haber problemas para aparcar si llegas temprano pero en verano se satura rápidamente. Desde el aparcamiento tenemos acceso a la ruta de la cala dels Testos, los miradores, la cala del Moraig y la ruta SL-CV 50 de los acantilados entre la cala Moraig y la cala Llebeig.
El orden para ver los diferentes puntos de interés de la cala no importa mucho y el tiempo varía mucho según el interés de cada uno. Yo voy a describir la ruta en el mismo orden en que hicimos la visita con los profesores del Departamento de Ciencias de la Tierra José Delgado e Iván Martín, de la Universidad de Alicante. Además, si tenéis más interés en la geología de la zona, los datos que cito en esta reseña han sido recogidos de la publicación del Geolodía 2011
La primera visita es la de los miradores, accesibles desde el aparcamiento por una pista de tierra. Los dos miradores, sobre la cala dels Testos y Morro Falquí, y sobre la cala Moraig, son una excelente atalaya con vistas desde el Cap d'Or al Cap de la Nau. Desde los miradores podemos ver los acantilados de la sierra de la Llorença, cuyas rocas más antiguas son del Cretácico Inferior y las más modernas del Oligoceno. Durante el Mioceno se produjo el plegamiento que da lugar a la sierra de la Llorença. En el Mioceno Superior, las costas alicantinas y de África se separaron, provocando la aparición de fallas (como la falla del Moraig) y la formación de los acantilados. En los últimos 8 millones de años, la erosión del agua de lluvia y el oleaje han modelado la costa, produciendo barrancos, calas, cuevas y galerías subterráneas.
A continuación vamos a visitar la ruta de los acantilados (SL-CV 50). Hay que volver al aparcamiento, subir por la pista asfaltada hasta el panel de información y seguir el sendero. La ruta continúa hasta la cala Llebeig, pero en esta visita solo vamos a llegar a la Cova de les Morretes. La zona vertical del acantilado está formado por calizas del Cretácico, rocas resistentes que forman estos escarpes. Las calizas se disuelven cuando el agua se infiltra por las fracturas, formando cavidades. En estas cavidades, el bicarbonato cálcico disuelto en el agua forma precipitados de carbonato cálcico (calcita) que se llaman espeleotemas. En la proximidad de la Cova de les Morretes podemos ver algunas de estas formaciones, como coladas tapizando paredes y estalactitas colgando de los desplomes.
Dejamos la Cova de les Morretes y volvemos al aparcamiento. El primer tramo de la pista que baja a la cala se excavó dejando a la vista estratos de margas y margocalizas del Cretácico. Estos taludes sufren movimientos gravitacionales, con la caída de rocas. Para evitar los posibles daños que estas causen, hay una serie de barreras instaladas en los taludes como mallas de protección, redes de cable y pantallas dinámicas.
La siguiente visita es la estrella de la ruta, la falla del Moraig. Continuamos bajando hacia la cala, desviándonos por una senda a mano derecha. La falla del Moraig (o del Riu Blanc) es una falla normal en la que la erosión ha eliminado los materiales triturados por el movimiento de ambos bloques (cataclasitas), dejando una hendidura que coincide con el plano de falla. En el bloque de muro (es decir, a nuestra derecha según miramos a la falla), hay numerosos fósiles de rudistas (moluscos bivalvos) y orbitolinas (foraminíferos), del Cretácico. El bloque de techo (el bloque de la izquierda, más cerca del mar) son materiales del Eoceno con fósiles de Nummulites (foraminíferos). De camino a la falla también se puede ver una dolina que forma un arco sobre el mar.
En la senda a la falla hay un mirador en el que se puede recapitular lo que sabemos hasta ahora. El acantilado está formado por tres niveles de rocas. Arriba están las calizas, más resistentes, formando un escarpe vertical. Por debajo hay un talud formado por margas y margocalizas de color crema amarillento. Por debajo hay otro nivel más escarpado de calcarenitas de color crema rojizo. Al otro lado de la cala se pueden ver otras dos fracturas. La que corresponde con los miradores donde estuvimos al principio de la ruta es la continuación de la falla del Moraig.
Dejamos la falla y bajamos a la cala, donde nos encontramos la Cova dels Arcs (o del Moraig), donde podremos ver fósiles de Nummulites y algas rojas. Se puede acceder al interior con precaución, porque el suelo está resbaladizo, para ver los tres orificios que le dan el nombre a esta cueva. Sin embargo, la parte más espectacular de la Cova dels Arcs está por debajo del agua, formando una red de galerías por las que discurre el Riu Blanc que descarga el acuífero de Benissa. Este sistema de galerías inundadas por el mar es muy visitado por espeleosubmarinistas.
Para terminar la visita se puede ir caminando hasta el otro extremo de la cala. Estos entrantes o calas acumulan arenas o guijarros erosionados de los salientes de la costa. En el otro extremo de la cala se puede ver como la erosión del oleaje socava los acantilados por la base, dejando las rocas que hay por encima en equilibrio. Tarde o temprano esas rocas caerán, haciendo que los acantilados retrocedan.
Por último, solo queda disfrutar de la cala con un buen baño o tomando el almuerzo. Después habrá que volver a subir por la pista hasta el aparcamiento donde dejamos el coche.