El parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas, reserva de la Biosfera, es el mayor espacio protegido de España. Esta ruta sube por el río Aguasmulas al Banderillas, con espectaculares vistas de su cara noroeste.
La ruta comienza en la casa forestal de los Bonales. Entramos con el coche por la pista del camping de los Llanos de Arance y continuamos por la pista hasta la valla de control de Aguasmulas. Tras pasar la valla, giramos a la derecha en el cruce y subimos por la pista hasta los Bonales. Junto a la casa forestal hay sitio para dejar el coche y también hay una fuente.
Desde los Bonales seguimos la pista forestal junto al cauce del río Aguasmulas. Por aquí sube el GR-247 a Campos del Espino, así que hay postes y señales. Seguimos la pista principal unos 5 kilometros, y después nos desviamos a la derecha por una pista secundaria que baja hacia el cauce de Aguasmulas. Hay que vadear el río. Para ello usamos un par de troncos que estaban colocados a modo de puente. Sin embargo, la segunda vez que pasé por aquí, un tronco había desaparecido, así que me tocó quitarme las botas y vadear por la zona menos profunda. Tras vadear el río, hay que localizar la subida al cortijo del Mulón al otro lado. Hay que desviarse hacia la izquierda, subir por un barranco y después hacia la derecha, por sendero evidente hasta el cortijo. El cortijo del Mulón, en ruinas, tiene una bonita vista del Banderillas.
Subimos por la loma que hay tras el cortijo del Mulón, siguiendo unos hitos. El sitio es perdedor porque las trazas de sendero desaparecen, pero más adelante volvemos a encontrarlas. Tras seguir una senda medio perdida bajo el bosque de pino, la senda cruza de la cara este a la cara oeste por un bonito collado justo antes del Cerro de las Cocotas, y sigue flanqueando el Alto de la Campana hasta el collado de Linarejos. En el collado tuvimos la suerte de ver un quebrantahuesos volando entre buitres.
Tras el collado, la senda es más fácil de seguir. Caminamos por la umbría de la cara oeste del Banderillas, y pasamos por la casa forestal de los Pardales antes de llegar al collado de Roblehondo. Desde el collado ya se ve la subida al Tranco del Perro. Se trata de un bonito paso a través del roquedo por el que sube un sendero arreglado con pequeños muros de piedra. Tras pasar el último estrecho hay una fuente a mano derecha, que puede pasar desapercibida si no se conoce su localización. La primera vez que pasé por aquí apenas goteaba, pero la segunda tenía un chorrillo de agua que me permitió llenar las botellas y coger reservas para el día siguiente.
Desde la fuente del Tranco del Perro seguimos la subida y pasamos junto al Puntal del Águila antes de llegar a la cuerda del Banderillas. Una vez en el cordal, tiramos directamente para arriba (hay marcas de pintura) con bonitas vistas de la cañada de Pinar Negro hasta llegar a las casetas forestales del Banderillas, donde vamos a pasar la noche. El vértice geodéisco está un poco más allá, pasaremos por él mañana.
Dejamos las casetas forestales y pasamos por el vértice del Banderillas. La bajada continúa por el cordal, flanqueando las partes más abruptas, y por una pista que encontramos más adelante llegamos a un cruce. Seguimos por la izquierda, unos 800 metros, y nos desviamos por la izquierda (hay hitos). Entramos así en una senda un poco perdida que pasa por el collado de la Carrasca y deja el Morro del Cagasego a la derecha. Seguimos la senda hasta salir al camino por el que pasa el GR-247. Continuamos por la izquierda, por sendero muy evidente. Pasamos junto a un abrevadero antes de bajar a la preciosa Hoya de la Albardía, con las ruinas de algunos antiguos cortijos.
Tras un pequeño descanso en la Hoya, continuamos por el GR- 247 y pasamos junto a otro grupo de cortijos en ruinas en la Tiná de la Hoya. El sendero continúa por un bonito descenso por los Horcajillos y después por un barranco en la solana del Castellón de los Toros hasta el cortijo de la Fresnedilla y un mirador. No es necesario llegar al cortijo porque la senda se divide antes para ir al mirador. En esta zona hay una fuentecilla al cruzar el barranco. Se trata de la última fuente hasta los Bonales. En el mirador volvemos a la pista de Aguasmulas. Hasta la casa de los Bonales nos quedan todavía unos 9 kilómetros de caminar por la pista, un poco más aburrido que antes, pero con unas vistas excelentes.