La sierra del Cavall o del Migdia es una excelente atalaya sobre el valle del río Girona. Desde su cima se ven otras montañas como el Benicadell, la Aitana o el Montgó. En algunas de las cuevas de la sierra se conservan pinturas rupestres.
Empezamos la ruta en Tormos, pueblo al que llegamos desde Ondara por la CV-731, CV-729 y CV-715. El coche se puede dejar a la entrada del pueblo, para subir caminando al cementerio por el carrer de la Santa Creu, la plaza del Ayuntamiento y por el carrer del Trinquet. Al pasar los cipreses del cementerio veremos la señal blanca y amarilla en el comienzo del sendero.
Subimos por el sendero que serpentea por la solana de la sierra del Cavall. Primero pasamos la bifurcación hacia las pinturas rupestres, que quedan a la izquierda. Seguimos por la derecha, subiendo y rodeando el monte hasta meternos en la umbría. Pasamos también junto al desvío de Sagra, y seguimos en continuo ascenso hasta llegar al Racó de la Dona, un pequeño apartado donde hacer un descanso. Más adelante pasaremos junto a un pozo, y por fin salimos a una planicie inundada por el palmito conocida como el Pla dels Pouets. A la izquierda, mirando hacia la montaña, hay un corral en ruinas. El desvío para subir al Cabal pasa cerca del corral.
Al principio el sendero que se aparta del PR-CV 58 es poco evidente. Pasa a unos 30 metros del corral, subiendo por los antiguos bancales ahora llenos de pinos y de matorral. Si no se ha seguido bien el rastro, es posible que no se vuelva a ver el sendero hasta media subida, donde aparece más claro con varias señales de pintura verde. Al final llegamos al cordal, y por él, usando las manos en ocasiones para trepar por el lapiaz, se alcanza el vértice de la sierra del Cavall (708 metros). Una persona que ha pasado hace poco por allí me ha comentado que la subida es demasiado expuesta. No se necesita material de escalada, pero es cierto que la subida es bastante áspera, en cualquier caso solo para senderistas / montañeros con experiencia.
El Cavall no es un monte demasiado alto, pero desde su cima se ve sin problemas el Montcabrer, la Foradada, el Benicadell, la Safor, Aitana, Serrella y, de forma especial, el Montgó, que parece vigilar la costa del valle del río Girona.
Seguimos el camino por el cordal de la sierra del Cavall. Acabada la cresta, el resto sigue siendo un lapiaz pero más cómodo para caminar. En ocasiones veremos la traza de antiguos senderos y también marcas de pintura verde. Pasamos el collado de la Mallada Rasa y llegamos a la siguiente cima de la sierra, el Puntal del Morrut (742 metros). A partir de aquí la ruta comienza a bajar. Hay un par de opciones. Decidimos seguir recto hasta una casa en ruinas que hay en el barranc dels Oms. Este barranco se puede destrepar con material de escalada. Pasada esta pequeña depresión, volvemos a seguir un sendero evidente dejando el Alt de la Mançanera a la izquierda. Tras cruzar una valla bajamos por una pista al camino de les Juvees. Caminamos por la pista a mano derecha durante un kilómetro hasta encontrar el poste del PR-CV 58 junto al corral de la Carrasca.
Desde el corral de la Carrasca seguimos el sendero PR-CV 58 que une Ebo con Tormos. La senda es fácil de seguir, está bien pisada y tan solo el crecimiento de la vegetación dificulta un poco el paso. Por el sendero volvemos al Pla dels Pouets tras pasar por varios caseríos en ruinas, y regresamos a Tormos por el camino que ya conocemos.