La sierra de Santa Pola forma un acantilado que se eleva 144 metros sobre el mar en la zona del faro. Esta sierra es uno de los escasos ejemplos de arrecife fósil del mediterráneo, y además cuenta con una microrreserva de flora.
Comenzamos la ruta cerca de Casetes de Meleja. Llegamos al sitio por una de las rotondas de la ronda que va de la N-332 hacia Santa Pola este. En la rotonda hay un panel que indica "Paratje Meleja". Subiendo por la pista llegaremos a un cruce en el que hay un panel de información del PR-CV 61 y postes de ruta.
Desde el cruce, seguimos la dirección hacia el vértice geodésico, por una pista de tierra. Caminamos algo menos de dos kilómetros por la pista hasta encontrar un desvío a la derecha, por una pista cortada al tráfico. Continuamos por la pista, pasando por el cruce del aljibe del Tio Manyo, hasta llegar al vértice, sobre una casamata. En las inmediaciones de la casamata quedan restos de dos antiguas instalaciones antiaéreas.
Tras dejar el vértice salimos a la pista del faro. Aunque la ruta cruza la pista, merece la pena desviarse por la derecha para caminar hasta el acantilado junto al faro. Son solo 300 metros más que añadir a la ruta y las vistas merecen la pena. El faro se construyó sobre una antigua torre de vigía, la Torre de la Talaiola, que servía para dar la alarma en caso de ataque de los piratas berberiscos.
Continuamos la ruta desde el faro por la zona interior de la sierra. El itinerario da un rodeo por la zona del barranc del Salt y, tras cruzar la pista de acceso al faro, regresa a Casetes de Meleja. Hay numerosos cruces de pistas, pero la ruta principal está bien señalizada y se sigue con facilidad.